Duerme bien en su cunita a veces es un llorón, pero también se sonríe tomando el biberón.
De tus tíos es hermana, es hija de tus abuelos y quién más a ti te ama.
Nieto de su bisabuelo, padre de tus hermanos, de tus primos es el tío y de tus tíos hermano.
Se parece a mi madre pero es más mayor, tiene otros hijos que mis tíos son.
Soy un señor encumbrado y ando mejor que un reloj; me levanto muy temprano y me acuesto a la oración.
Azul y transparente es, azul y transparente será. Siempre estará arriba y nunca se caerá. ¿Qué es?
Es redonda como un queso y nadie puede darle un beso.
Lo tomas, pero no lo puedes llevar. ¿Qué es?
Mar te digo y no me entiendes mar te repito y no me comprendes. ¿Qué será?
Somos más de una y salimos con la luna; si te pones a contarnos te dejarás más de una.
Soy rubio y no tengo pelo. Soy alto y no tengo cuerpo.
Salimos cuando anochece y nos vamos con el gallo; hay quien dice que las ve ¡cuando le pisan un callo!
Cartas van, cartas vienen: vienen del mar y no se detienen.
Adivinanzas sobre matemáticas.
Tengo forma de patito, soy arqueado y redondito.
Se trata de un caso extraño, pues siendo siempre el mismo vale mucho o vale nada, según el sitio en que va.
Dos redondelitos muy arrimaditos.
¿Qué cosa será aquella que mirada del derecho y mirada del revés, siempre un número es?
Ave de hierro y acero canta con fuerte zumbido, no tiene plumas ni pico y el cobertizo es su nido
Cruza los ríos, también los mares, vuela sin alas a todas partes.
Una señora muy señorada, que armando jaleo va por la calzada.
Con sólo 3 colores ordeno a cada uno. Si todos me respetan no habrá accidente alguno.
Puedo caminar rápido, Y los niños se montan en mí. Si das a mis pedales, caminarás sobre mí.
Redondo como una cazuela, tiene un ala y no vuela.
Dos guaridas cálidas con sus escondrijos, para dos hermanos y sus quintillizos.
Como una culebra soy larga, muy larga; me enrosco en el cuello, doy vueltas y cuelgo. Si no me adivinas pasarás frío en invierno.
Voy rodeando tu cintura en más de una ocasión y si no es por mi ayuda, se te cae el pantalón.
Dos hermanitos muy igualitos, si llegan a viejos abren los ojitos.
Yo te protejo del frío y de los rayos del sol; no soy gorra ni sombrero, pero te cubro mejor.
Aunque tenemos dos piernas no podemos caminar, pero vamos con el hombre a donde nos quiera llevar.
Por más puntos que yo tenga no llevo palabra escrita; me sacaron de la oveja dejándola desnudita.
Aunque me llevas oculta también soy muy importante. Si me pones en invierno te quito el frío al instante.
Soy de lana calentita y si me pones del revés, todas las costuras ves.
Si eres muy inteligente lo podrás adivinar: van puestas en mi nariz y sirven para mirar.
Mi padre al cuello la ata y poco a poco la aprieta hasta llegar a su meta.
En una casa de cuero hay cinco hermanos distintos; que lo adivines espero.
A veces vamos brillantes, a veces llenos de barro, y solemos ir cansados porque por el suelo andamos.
Es copa redonda y negra: boca arriba está vacía y boca abajo está llena.
Alrededor de tu cuello dos alitas bien plantadas; no tienen plumas ni vuelan, ni se mueven para nada.
Mi ser por un punto empieza y por otro ha de acabar. El que mi nombre acertase sólo dirá la mitad.
La llevan todas las niñas y también los escoceses, romanos y babilonios y hasta los mismos cretenses.
Corta y no es un cuchillo, afila y no es afilador; él te presta sus servicios para que escribas mejor.
Suelo ir de mano en mano, hojas tengo y no soy flor, y aun teniendo muchas letras no soy de nadie deudor.
Todas las palabras sé, y aunque todas las explique nunca las pronunciaré.
Todo en silencio. Cuando suena el timbre hasta el más pequeño sale corriendo.
En la colmena nacieron, luego colores les dieron, y recorriendo el papel pequeñas pronto se hicieron.
Llanura blanca con flores negras y varios bueyes arando en ella.
Abierto siempre estoy para todos los niños. Cerrado y solo me quedo los domingos.
Vengo y voy, voy y vengo dejando blanco lo que era negro.
Soy muy líquida y manchosa, coloreo negra cualquier cosa, y después de bien pintada queda hecha una monada.
Es liso como una tabla, es negro como el carbón, pero se llena de blanco para darnos la lección.
Es un palo de cristal con bolita terminal. Con la mano lo cogemos y así escribir podemos.
Redondo y sin pies, ¡cuánto me cuesta dejar de rodar!
Una dama blanca por un campo negro, anda que te anda… y el campo en su andar se llena de blancas pisadas.
Una serpiente que corre y que vuela; todos me saltan sin que les muerda.
Soy finito y paliducho pero estoy en todas partes: en la escuela, en la casa, y tú me utilizas mucho.
Sábana blanca tendida: hormiguitas negras le bailan encima.
Tengo cabeza redonda, sin nariz, ojos, ni frente, y mi cuerpo se compone tan solo de blancos dientes.
Salgo de la habitación y entro en la cocina meneando la cola como una gallina.
¿Qué cosa es, que cuanto más intensa se hace menos se ve?
¿Cuál es la cosa que cruda no existe, ni puede ser, pero que si está abrasada no se la puede comer?
Luna plateada muy bien afilada: de día trabajas y de noche descansas.
Estudiante que estudias a la luz de una vela, ¿qué animal no es un ave pero como ella vuela?
Ya se fue el verano y otra estación llega: como lluvia de oro caen hojas secas.
Una dama muy delgada y de palidez mortal, que se alegra y se reanima cuando la van a quemar.
Duros como las piedras, para el perro un buen manjar, y sin ellos no podrías ni saltar ni caminar.
Casa con dos cuartos, nueva cada mes y otras veces llena: adivina quién es.
Animal soy, desde luego: me llaman el jorobado, y que tengo cuatro patas ya sé por descontado
Vive en pie constantemente, con los brazos hacia fuera; se desnuda en el otoño y se viste en primavera
Iluminamos muy poco, nuestra llama es vacilante; cuando envejeces un año nos apagas y te aplauden
Soy una niña chiquita con ojitos de cristal; ando si me pones pilas y a veces puedo llorar
Bolitas, bolitas blancas rebotan en caucho negro, y si no las coges pronto tendrás un charco en los dedos
Somos bolitas redondas que al morir nos despedazan, nos reducen a pellejo y todo el jugo nos sacan
Dos torres altas, dos miradores, un quitamoscas, cuatro andadores
Una vieja con un diente que llama a toda la gente
Redondo y sin pies, verde en el monte, negro en la plaza, y dentro del fogón coloradito en casa
Es blanca como la leche; negra como el carbón es; habla aunque no tiene boca y anda aunque no tiene pies
Corriendo entre los campos, cantando voy mi canción: a sedientos doy la vida antes de morirme yo.
Tengo boca, fino talle y dos hermosas barrigas; entono lindas canciones cuando me rascan las tripas
Soy un plato de mariscos que mucho al teatro va y el emperador de Rusia dentro de mi nombre está.
Sobre una piel bien tensada, dos bailarines saltaban.
Era nombre de una moneda y es nombre de un instrumento. Ambos proceden de Italia, y ambos dan mucho contento.
Con tan solo cuatro cuerdas, que un arco pone en acción, esta caja melodiosa te alegrará el corazón
Andando por el desierto una lámpara encontró, intentó sacarle brillo y un genio apareció.
Calzado con unas botas, un gato muy avispado, dijo unas cuantas mentiras para ayudar a su amo.
Su madrastra la envió al bosque a encontrar la muerte, pero siete amigos fieles la libraron de tal suerte.
El zapato de cristal que el príncipe te probó demostró que habías sido la joven que lo enamoró.
Pequeño pero valiente, su hazaña es muy comentada, por haber dado a un gigante una tremenda pedrada.
Un hada malhumorada hizo este hechizo a la niña: «Por cien años dormirás si con un huso te pinchas».
Por comerse una manzana de un árbol del Paraíso tuvieron que reprenderle y echarle sin previo aviso.
Si su esposa era Gimena, y su nombre don Rodrigo, sus hijas Elvira y Sol: ¿qué personaje te digo?
Con esas orejas tan grandes y esos dientes afilados no podía ser su abuela quien allí estaba tumbado.
Con un trozo de madera un hombre lo construyó. Como era muy mentiroso la nariz se le estiró.
Para ver a su abuelita la niña con una cesta el bosque cruzó; y el lobo malvado, que la esperaba, ¡ay! ¡Casi se lo comió!
Nació en un planeta extraño, trabaja de periodista, se transforma en un instante y defiende la justicia.
Con unos zapatos grandes y la cara muy pintada, soy el que hace reír a toda la chiquillada.
Hago paredes, pongo cimientos y a los andamios subo contento.
Caminar es su destino, yendo de casa en casa, y de su saco de cuero, saca paquetes y cartas.
A fuerza de martillazos cambia la naturaleza; transforma piedras en rostros y la materia en belleza.
Puedo sostener un plato con la punta de un pincel; puedo rodar la pelota con los dedos de los pies.
Sobre lienzos o en papel, ¡qué bien emplea el color con lápices o pincel!
Recojo frutos sin siembra y mi tractor viene y va; allí por donde trabajo, nadie puede caminar.
Adivina, adivinador: llevo un parche sin ser tambor, y tengo anzuelo sin ser pescador.
Sin ninguna ceremonia con su sombrero calado, viaja delante del rey, del papa o del magistrado.
Tengo los zapatos rotos por la suela y el tacón. ¿Quién me los ha de arreglar con la lezna y el punzón?
Por una escalera larga, peldaños blancos y negros, sube y baja a sus diez hijos con sonoros martilleos.
En vez de dar, corta y quita, y por eso cobra su paguita.
Esto era un gallo que puso un huevo en los Picos de Europa. A dónde fue, ¿al norte o al sur?
¿Cuál es la palabra más grande del mundo?
¿De qué color es el caballo blanco de Napoleón?
Mi padre tiene cuatro hijos, MARÍA, RAQUEL, MANUEL, ¿quién es el cuarto?
Si tienes entendimiento, siendo amigo del saber, una piedra sobre el agua, ¿qué cosa pudiera ser?
Un tren eléctrico viaja hacia el norte. ¿Hacia dónde va el humo?
Adivinanzas sobre personajes literarios.
Mi gorrito colorado en el bosque es conocido. El lobo me ha perseguido, pero salió apaleado.
Tiene nombre de joyero, menudo, blando, ligero. Vive sin haber vivido y es de todos conocido.
Me pinché con una rueca y cien años me dormí, hasta que un beso del príncipe hizo que volviese en mí.
Con su caballo y su escudero, sale por la Mancha este caballero. Quiere justicia, busca aventuras, y encuentra palos y desventuras.
Por mis luchas y victorias me llaman Campeador. Dicen que sería buen vasallo si tuviese buen señor.
Barriendo y fregando me paso la vida, sufriendo desaires de madre y de hijas; Mas mi hada madrina se ha compadecido y al baile de palacio esta noche he ido.
Si sopla el aire, a la cara viene. Quien es calvo no lo tiene.
Al final de los brazos están las manos, al final de los dedos nosotras estamos.
Adivina adivinanza.. Por el día están abiertos y por la noche cerrados. ¿Qué son?
Pueden ser cortos, pueden ser largos; nunca en los niños, sí en los muchachos. ¡Si acaba en punta se llama mostacho!
Adivina, adivinanza, ¿qué esconde el rey en la panza?
Parecen persianas, que suben y bajan. ¿Qué son?
No hay ningún día del año en que pueda descansar; siempre en tu pecho cantando ando, con mi rítmico tic-tac.
Compuesta de dos mejillas voy con ella todo el día, y algunos para insultar mi nombre suelen usar.
Treinta caballitos blancos por una colina roja, corren, muerden, están quietos, ¡y se meten en tu boca!
Una señorita muy señoreada, que siempre va en coche y mojada.
El sol tiene frío y no quiere salir; metido entre nubes se ha puesto a dormir
Caja llena de soldados, todos largos y delgados, con gorritos colorados
De la tierra voy al cielo y a la tierra he de volver: soy el trigo de los campos que los hace florecer
En el tejado me ponen para que el aire me dé; estoy siempre echando humo y me sostengo de pie
Dos maderos igualitos, estrechitos, delgaditos, descienden por la pendiente siempre de frente
Durante todo el invierno me tienen agasajada y en verano me arrinconan pues no sirvo para nada
Bueno soy, pues fui cordero y cuanto más me golpean, más alegro y entretengo al que me palmea
De la tierra voy al cielo y a la tierra he de volver: soy el trigo de los campos que los hace florecer
Los mantos blancos de doña Leonor los montes cubren y los ríos no
Dieciséis personajes, con el rey y la reina, Se enfrentan a otros tantos: Si los manejas mal te encontrarás perdido ¡y ganará el contrario!
Seis caras con pequitas De igual tamaño, Y hay quien no me abandona En todo el año
Por come empieza Y volar sabe, No es un avión Y tampoco un ave
Ejército blanquinegro, A combatir preparado; Con más o menos pequitas, Boca arriba se ha quedado
Aunque se saca a la mesa, No es de comer ni beber, Pero se corta y se sirve. ¿Sabes decirme qué es?
Si sumas uno más uno, Ya sabes que eso da dos Y el que dé dos te descubre De pronto la solución
Después de haberme molido, agua hirviendo echan en mí. La gente me bebe mucho cuando no quiere dormir.
Agua pasó por mi puerta, diente de mi corazón; el que no sepa esta cosa es un gran borriquinchón.
¿Cuál es la sábana blanca que se corta sin tijeras, pero que verla cortada a nadie gusta de veras?
¿Quién pensaréis que soy yo, que cuanto más y más lavo mucho más sucia estoy?
Te lo digo y te lo repito, y te lo puedo avisar, y por más que te lo diga no lo vas a adivinar.
Primero fui fruta fresca; me estrujaron hasta el fin, y aquí estoy ahora encerrada con burbujas para ti.
Habla y no tiene boca, oye y no tiene oído. Muchas veces se equivoca, es pequeño y hace ruido.
Es pequeño como una pera, pero puede alumbrar una casa entera.
Te la digo y no me entiendes, te la repito y no me comprendes.
Somos dos gemelos que andan por el suelo. Si nos cepillas y limpias nos ponemos contentos.
Tiene espalda y cuatro patas, pero ni se mueve ni anda.
En la entrada de la casa estaré. Si me necesitas presióname.
Tengo agujas y no sé coser. Tengo números y no sé leer
Soy bonito por delante y algo feo por detrás. Me transformo mucho e imito a los demás.
Subo llena y bajo vacía. Si no me doy prisa la sopa se enfría.
Largas y sonoras cuerdas tengo, y cuando me las rasgan entretengo.
Cabeza de hierro y cuerpo de madera. Si te pillo un dedo te desesperas.
Es transparente y protege del viento. Puede que lo empañes con el aliento.
Una alfombra voladora es mi medio de transporte. Pido cosas y deseo ante hombre azul grandote.
Tres hermanos con tres casas ven a un lobo pasar. Y el lobo, que es muy malo, soplando las quiere tirar.
Principes y calabazas, todos salen un rato. Si te pasas de las doce perderás un zapato.
Es un animal que va por los tejados, que recibe la carta de la sobrina…¡de un gato pardo!
A una rana le gusta cantar, mientras ve a mucha gente pasar.
Una niña muy buena cuida a un ratón, al que le gusta el chocolate y el turrón.
Soy fría como el hielo, aunque tengo corazón. Quiero mucho a mi hermana y a un muñeco hablador.
Estoy hecho de madera pero tengo padre. Cuando digo mentiras mi nariz se hace muy grande.
De la selva soy el rey y tengo muchos amigos. Quiero mucho a mi familia, menos a mi tío.
Unos elefantes que quieren jugar, cantan y se columpian en su fiesta sin parar.
Un barquito, al que le da miedo el mar, con mucha paciencia aprende a navegar.
Soy un animal y rimo con pastelera. Doy leche caliente y fría en la nevera.
Adivinanzas sobre naturaleza.