Pese al enorme avance de la ciencia, algunas habilidades todavía son exclusivas de los humanos y serán difíciles de reemplazar por la inteligencia artificial.
Según los especialistas, hay habilidades que la inteligencia artificial aún no puede reemplazar.
El concepto y la ambición de la ciencia y la robótica por desarrollar máquinas más inteligentes que el hombre tienen más de 70 años. Pero es ahora, en este siglo, en que estamos presenciando avances de la inteligencia artificial (IA) que solo habíamos visto en las películas.
Desde el lanzamiento de Chat GPT en 2022, todo pareció acelerarse y cada semana llegan noticias sobre nuevos logros de la IA: pronostica terremotos, predice enfermedades, crea piezas gráficas, escribe libros, diseña edificios.
Y también, amenaza a la humanidad. Si la IA puede realizar tareas igual o mejor que los seres de carne y hueso, muchísimos empleos están en peligro.
Afortunadamente, las cosas no siempre suceden así, y los adelantos tecnológicos no siempre eliminan la presencia del ser humano en -al menos- alguna parte del proceso o la tarea.
Es cierto que hay trabajos que están seriamente amenazados. Pero, según los especialistas, hay otros que pueden estar tranquilos, al menos por ahora. ¿Cuáles son?
Humanas, demasiado humanas: habilidades que la AI todavía no puede reemplazar
En diálogo con BBC, Martin Ford, autor de “Rule of the Robots: How Artificial Intelligence Will Transform Everything”, sostiene que hay cosas que la IA todavía no puede hacer: «Creo que en general hay tres categorías que estarán relativamente protegidas en el futuro previsible».
La primera categoría tiene que ver con la creatividad. Según Ford, aquellos trabajos en los que “realmente estás generando nuevas ideas y construyendo algo nuevo. En la ciencia, la medicina y el derecho… personas cuyo trabajo consiste en idear una nueva estrategia legal o de negocios. Creo que allí va a seguir habiendo un lugar para el ser humano”.
La creatividad estratégica es un habilidad que aún no puede ser reemplazada por la IA, según Ford.
La segunda categoría de trabajos “a salvo” son los que requieren sólidas habilidades interpersonales. Dentro de este tipo de competencias, Ford incluye por ejemplo, a las enfermeras, los consultores empresariales y los periodistas de investigación.
Trabajos en los que se necesita un conocimiento muy profundo de la gente. Creo que pasará mucho tiempo antes de que la IA tenga la capacidad de interactuar de forma tal que realmente construya relaciones, aclara el especialista.
La tercera categoría se relaciona con habilidades para resolver, en la práctica, problemas o situaciones imprevisibles o sumamente cambiantes. Ford se refiere a los oficios: electricistas, plomeros, gasistas, soldadores y otros trabajos similares.
La inteligencia artificial podrá reemplazar varios tipos de empleos, pero no todos.
Aunque es cierto que ya existen aspiradoras domésticas que se manejan solas, todavía está lejos un robot sea tan inteligente y habilidoso como para realizar la instalación eléctrica de una vivienda.
“Son trabajos que realmente requieren mucha movilidad, destreza y capacidad para resolver problemas en entornos impredecibles. Este es el tipo de trabajo en los que te enfrentas a una situación nueva todo el tiempo», añade. “Probablemente sean los más difíciles de automatizar”.
Artificial versus emocional: la inteligencia que resguardará a los humanos
En sintonía con Ford y también en diálogo con la BBC, Joanne Song McLaughlin, profesora asociada de economía laboral en la Universidad de Búfalo, EE.UU., piensa que la mayoría de los empleos serán afectados de algún modo por la irrupción de la IA.
Sin embargo, es optimista: “En muchos casos, no existe una amenaza inmediata para los puestos de trabajo», afirma, «pero las tareas cambiarán».
Según la especialista, los humanos deberán orientarse a desarrollar habilidades interpersonales. “La IA detectará cánceres mucho mejor que los humanos. Supongo que los médicos utilizarán esa nueva tecnología en el futuro. Pero no creo que se reemplace todo el papel del médico”, afirma McLaughlin, que cree que la mayoría de los pacientes querrán que sea un médico de carne y hueso quien informe y asesore sobre un tema tan delicado.
Es difícil predecir hasta dónde y en qué momento la IA afectará a cada tipo de empleo. Pero, ciertamente, es un asunto que se vislumbra problemático. «No es sólo que esto le suceda a individuos, sino que podría ser bastante sistémico», sostiene Ford.
“Le podría pasar a mucha gente, potencialmente de forma bastante repentina, potencialmente a todas al mismo tiempo. Y eso tiene implicaciones no sólo para esos individuos, sino para toda la economía”.
Por el momento, méritos como la educación o la experiencia no parecen ser garantía frente al avance de la IA. “Podríamos pensar que una persona con un trabajo administrativo ocupa un lugar más alto en la estructura que alguien que se gana la vida conduciendo un coche», señala Ford.
Pero aclara: “El futuro del empleado administrativo está más amenazado que el del conductor de Uber, porque todavía no tenemos coches autónomos, pero la IA ciertamente puede escribir informes. En muchos casos, los trabajadores más educados se verán más amenazados que los trabajadores menos educados. Piensa en la persona que trabaja limpiando habitaciones de hotel: es muy difícil automatizar este trabajo”, concluye el autor.
