Espanhol UNO «Cuentos»

Tío Tigre y Tío Conejo

Una calurosa mañana, se encontraba Tío Conejo recolectando zanahorias para el almuerzo. De repente, escuchó un rugido aterrador: ¡era Tío Tigre!

—¡Ajá, Tío Conejo! —dijo el felino—. No tienes escapatoria, pronto te convertirás en un delicioso bocadillo.

En ese instante, Tío Conejo notó unas piedras muy grandes en lo alto de la colina e ideó un plan.

—Puede que yo sea un delicioso bocadillo, pero estoy muy flaquito —dijo Tío Conejo—. Mira hacia la cima de la colina, ahí tengo mis vacas y te puedo traer una. ¿Por qué conformarte con un pequeño bocadillo, cuando puedes darte un gran banquete?

Como Tío Tigre se encontraba de cara al sol, no podía ver con claridad y aceptó la propuesta. Entonces le permitió a Tío Conejo ir colina arriba mientras él esperaba abajo.

Al llegar a la cima de la colina, Tío Conejo gritó:

—Abre bien los brazos Tío Tigre, estoy arreando la vaca más gordita.

Entonces, Tío Conejo se acercó a la piedra más grande y la empujó con todas sus fuerzas. La piedra rodó rápidamente.

Tío Tigre estaba tan emocionado que no vio la enorme piedra que lo aplastó, dejándolo adolorido por meses.

Tío Conejo huyó saltando de alegría.

Moraleja: Más vale ser astuto que fuerte.


La gallinita roja

Érase una vez una gallinita roja que encontró un grano de trigo.

—¿Quién plantará este grano? —preguntó.

—Yo no —dijo el perro.

—Yo no —dijo el gato.

—Yo no —dijo el cerdo.

—Entonces lo haré yo —dijo la gallinita roja—. ¡Clo, clo!

Y plantó el grano de trigo y este creció muy alto.

—¿Quién cortará este trigo? —preguntó la gallinita roja.

—Yo no —dijo el perro.

—Yo no —dijo el gato.

—Yo no —dijo el cerdo.

—Entonces lo haré yo —dijo la gallinita roja—. ¡Clo, clo!

Y cortó el trigo.

—¿Quién llevará el trigo al molino para hacer la harina? —preguntó la gallinita roja.

—Yo no —dijo el perro.

—Yo no —dijo el gato.

—Yo no —dijo el cerdo.

—Entonces lo haré yo —dijo la gallinita roja—. ¡Clo, clo!

Llevó el trigo al molino y más tarde regresó con la harina.

—¿Quién amasará esta harina? —preguntó la gallinita roja.

—Yo no —dijo el perro.

—Yo no —dijo el gato.

—Yo no —dijo el cerdo.

—Entonces lo haré yo —dijo la gallinita roja—. ¡Clo, clo!

La gallinita amasó la harina y luego horneó el pan.

—¿Quién se comerá este pan? —preguntó la gallinita roja.

—Yo —dijo el perro.

—Yo —dijo el gato.

—Yo —dijo el cerdo.

—No, me lo comeré yo —dijo la gallinita roja—. ¡Clo, clo!

Y se comió todo el pan.

Moraleja: No esperes recompensa sin colaborar con el trabajo.

(Moral: Do not expect a reward without collaborating with the work.)